Servicios Auxiliares

Existe una serie de servicios auxiliares en la industria productora de petróleo.
Los principales servicios se encuentran relacionados con la perforación, puesta a punto,
trabajos de mantenimiento, acidificación de pozos y fracturación de pozos.
Cuando una compañía decide que un pozo de petróleo o gas es explotable, se debe instalar el
equipo necesario para ponerlo en producción; el cual suele consistir en varias válvulas, bridas y
mecanismos de estanqueidad instalados sobre una o más cadenas de tubos acoplados en el
pozo (“árbol de Navidad”). Si el pozo no produce el fluido suficiente de forma natural, hay que
instalar bombas de diferentes tipos o sistemas de bombeo neumático. En el caso de
yacimientos submarinos, para la instalación de estos equipos resulta necesario emplear una
plataforma que puede ser la misma utilizada en la perforación u otra especial (generalmente
más pequeña).
Una vez transcurrido un tiempo en que el pozo ha permanecido en servicio, se deben realizar
algunas reparaciones para mantener la producción a un nivel aceptable. Por ejemplo, las
tuberías pueden estar obstruidas por depósitos de parafinas, siendo necesario sustituirlas para
volverlas a instalar.
La producción de un pozo al cabo de un tiempo puede disminuir dada la impermeabilidad de
las formaciones geológicas o debido al empeoramiento de las condiciones del pozo. Para
incrementar el caudal del pozo suelen utilizarse diferentes procedimientos consistentes en
alterar la naturaleza física de las rocas o arenas de la formación geológica en las proximidades
del pozo.
Los principales métodos utilizados para aumentar el caudal son la acidificación y la
fracturación. La acidificación consiste en introducir ácido a presión, a través del pozo, en la
formación geológica. El ácido reacciona con los materiales del depósito dando lugar a canales
que permiten la entrada de un volumen mayor de fluidos en el pozo. Además del ácido se
añaden inhibidores de corrosión, agentes tenso-activos, disolventes y otros productos
químicos.
La fracturación consiste en la introducción de un fluido a presión en el depósito, lo que
determina fracturas, grietas y canales. Los fluidos de fracturación pueden contener ácidos,
productos químicos y arena o materiales similares.
Cuando un pozo nuevo se está poniendo en funcionamiento o cuando es necesario sacar las
tuberías para realizar los trabajos de mantenimiento, el pozo se “mata”. Esta operación consiste
en introducir en el pozo una columna de lodos de perforación, aceite, agua u otros fluidos de
peso suficiente para controlar las presiones en el fondo.
Cuando los trabajos de puesta a punto o de reparación han concluido, se deben eliminar los
líquidos utilizados para “matar” el pozo. Si se emplean lodos, el caudal inicial de petróleo
extraído del pozo está contaminado y es necesaria su separación.
En las operaciones de acidificación y fracturación, los fluidos utilizados dan lugar a efluentes.

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